Debido a su emplazamiento frente a uno de los laterales de la Iglesia del Salvador de Mutxamel, se mimetiza en lo que respecta a su materialidad externa con la fachada que se encuentra a escasos metros, con la intención de restar importancia a la intervención y darle todo el protagonismo a la Iglesia.

En el interior por lo contrario se quiere romper a nivel material, ya que el lenguaje es radicalmente contemporáneo pero trasladando el encanto de los palacetes medievales valencianos, donde el patio se ubicaba en el acceso y podía ser visible desde la calle. Para ello el patio interior llega hasta planta baja a modo de patio comunal, donde un olivo recuerdo el uso pasado del edificio.

Como en los palacetes medievales de Valencia o Mallorca, la escalera era la pieza fundamental de estos patios, aquí la escalera es tratada como un elemento icónico, para ello se realiza una escalera metálica donde los peldaños se apoyan únicamente de los laterales para dejar pasar la luz al interior del acceso principal. 

Los materiales usados interior intentan ser lo más tecnológicos posibles, para enfatizar la idea estar en un mundo totalmente opuesto al del exterior o en cierta medida trasladarnos a otra  época.

En unos de los accesos exteriores se encuentra un mural realizado por Arcadio Blasco Pastor, uno de lo mejores ceramistas de España.